Las nuevas generaciones de Millennials y Gen Y, han nacido y crecido rodeados por una inmensa cantidad de información, no solamente en contenido, sino también en medios; eso ha tenido una gran influencia en su formación de criterios, muy distintos a los formados por sus padres Baby Boomers o Gen X.
Es lógico que eso también haya influido profundamente en los gustos y tendencias por los alimentos que consumen, tanto en el origen y composición de los ingredientes, como en sus recetas y su aspecto fotográfico.
Mientras los Baby Boomers compraban felices alimentos baratos, convenientes, procesados y con buen sabor (apoyados en una dieta basada en carnes, harinas y azucares, altas en grasas y calorías), las nuevas generaciones desafiaron esos preceptos y quieren saber de dónde vienen los alimentos, cómo y quién los produce y qué ingredientes contiene…los resultados están a la vista, el sobrepeso es una epidemia.
Los consumidores jóvenes, ya no creen en las etiquetas de bajas calorías, diet, reducido en azúcar y lograron que los gobiernos se replanteen la forma de informar a los consumidores. Hoy ya tenemos en muchos mercados nuevos etiquetados y mensajes que informan y alertan mejor sobre cada producto y sus consecuencias.
En resumen, el acceso de las nuevas generaciones a la tecnología, a información de salud y nutrición y a las recetas de comidas del mundo, han sido el comienzo de un profundo cuestionamiento al sistema de producción de alimentos actual. Lo cual, de alguna forma ha contribuido a mayores índices de problemas crónicos de salud en la sociedad.
Nacen nuevas “Tribus” Foodies
En los últimos años, hemos visto el crecimiento de grupos que se reúnen tras nombres que representan sus preferencias o creencias.
En Estados Unidos y Gran Bretaña ya se hablaba de foodies a mediados de los ochenta, en Latinoamérica se ha empezado a acuñar el término desde hace pocos años; pero mucho antes los vegetarianos eran los que polarizaban con el resto de la población que no tenía preferencias por una dieta específica. Sin embargo, en los últimos años han nacido muchas corrientes de alimentación como los naturistas, crudívoros, frugívoros, omnívoros y macrobióticos, entre otras, aunque nos vamos a centrar en las principales.
Vegetarianos: este grupo no consume ningún tipo de carne, ni derivados que impliquen la matanza de un animal. Existen varias ramas como los ovovegetarianos o lactovegetarianos que incorporan huevos y lácteos y sus derivados a su dieta.
Veganos: son personas que eligen no consumir nada que provenga de un animal, aunque no implique la matanza de este. En muchos casos, el consumo se extiende más allá de la alimentación y por ello no concurren a circos, acuarios, ni utilizan vestimenta que esté realizada con elementos de origen animal, ni productos que estén testeados en los mismos.
Flexitarianos: es una tendencia alimentaria relativamente nueva, que está ganando cada vez más adeptos y se refiere a las personas que basan su dieta en verduras, legumbres y cereales pero que se «permiten» consumir carnes rojas o blancas periódicamente.
Locávoros: es una corriente que ha crecido muchísimo en los últimos años, así como una costumbre incorporada por muchas personas que se alimentan tan solo de alimentos que se cultivan o producen en su localidad o en su proximidad.
Celíacos: esta corriente tiene su origen en personas que padecen de celiaquía, una enfermedad digestiva que daña el intestino delgado y altera la absorción de las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos, dado que no toleran una proteína llamada gluten, que se encuentra en los cereales (trigo, avena, cebada, centeno).
Muchas personas que no padecen la enfermedad han seguido la misma dieta y eso ha creado un mercado, de nicho, con altas tasas de crecimiento en algunos países.